sábado, 7 de mayo de 2016

HERBOLOGIA

"El estomago es la oficina donde se fraguan la mayoría de las enfermedades".
Miguel de Cervantes.


        A través de la alimentación sana, el uso de hierbas medicinales y el apoyo de las flores de Bach, podemos desintoxicar el cuerpo y alma para que recuperes el bienestar, la energía y la alegría de vivir.

La naturaleza es sabia y la enfermedad un aviso para volver a la vida sencilla.


En el estudio del interés terapéutico de las plantas, estas plantas contienen componentes activos utilizados para el tratamiento de diversas enfermedades. Estos principios activos han sido estudiados y extraídos por diferentes métodos. Para que una planta común tenga propiedades medicinales se deben respetar ciertas reglas de recogida, desecación, almacenamiento y finalmente la presentación final en infusiones, extractos, cápsulas etc.

Muchas de las especies vegetales utilizadas por sus virtudes curativas entre los antiguos egipcios, griegos y romanos pasaron a formar parte de la farmacopea medieval, que más tarde se vio enriquecida por el aporte de los conocimientos del Nuevo Mundo. Dichas plantas medicinales y los remedios que entonces utilizaban se siguen usando hoy en día.

Los remedios a base de plantas medicinales presentan una inmensa ventaja con respecto a los tratamientos químicos. En las plantas los principios activos se hallan siempre biológicamente equilibrados por la presencia de sustancias complementarias, que van a potenciarse entre si, de forma que en general no se acumulan en el organismo, y sus efectos indeseables están limitados. Sin embargo, a pesar de que han aumentado las investigaciones y estudios científicos de las plantas medicinales, todavía no se conocen muchos de los principios activos a los que deben las plantas sus extraordinarias cualidades.

Básicamente, la herbolaria es la utilización de plantas para prevenir o tratar diversas enfermedades.  En la mayoría de las civilizaciones más antiguas, como la china, la egipcia, la persa y la griega se hicieron clasificaciones de los remedios herbarios que formaron parte importante de la “medicina” de la época.
Con la química moderna y el perfeccionamiento de los métodos de laboratorio, la herbología tradicional fue “absorbida” por la farmacéutica contemporánea, pero de hecho, casi la mitad de todos los medicamentos recetados y de venta libre tienen componentes derivados de las plantas, por lo que, tienen su origen en la antigua herbología.


La herbología (conjunto de conocimientos relativos a las propiedades curativas de las plantas) rs reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el valor de esta práctica terapéutica y le otorga gran importancia en los esquemas públicos de salud.
Los principales laboratorios y grupos farmacéuticos han desarrollado medicamentos a base de plantas, además de que cuentan con especialistas (biólogos, botánicos, antropólogos y químicos) que trabajan en líneas de investigación dirigidas a la clasificación de vegetales y hierbas con propiedades medicinales. 

La herbología es el conocimiento de la aplicación de las hierbas, plantas y arbustos medicinales. Su finalidad es estimular los procesos recuperadores del organismo humano y establecer un equilibrio fisiológico saludable. Los hallazgos obtenidos a través del tiempo han permitido distinguir en la amplia variedad de plantas y hierbas diversas propiedades terapéuticas, entre las que se encuentran:
Antihelmíntica. Destruye y permite la expulsión de parásitos intestinales.
Antiinflamatoria. Alivia o reduce la inflamación o hinchazón de tejidos.
Antimicrobiana. Extermina a los microbios causantes de enfermedades y ayuda a fortalecer los mecanismos de defensa del organismo.
Astringente. Reduce la irritación cutánea y crea barrera que protege de infecciones.
Estimulante del sistema digestivo. Induce el apetito y producción de jugos digestivos.
Carminativa. Calma la inflamación de las paredes intestinales y permite la eliminación de gases del tubo digestivo.
Emoliente. Tiene acción antiácida y protege a los tejidos irritados o inflamados.
Diurético. Aumenta la producción y eliminación de orina.
Emenagoga. Estimula la expulsión del flujo menstrual.
Expectorante. Permite la eliminación de mucosidades alojadas en vías respiratorias.
Hepática. Fortalece al hígado y ayuda a que este órgano funcione adecuadamente.
Tranquilizante. Ayuda a reducir y controlar estados de nerviosismo

La mejor manera de utilizar las plantas para mejorar el estado de salud general y aliviar molestias menores es incluirlas en la dieta. Además de aportar vitaminas y minerales, las hierbas son un excelente condimento.
Una de las plantas más útiles a este respecto es el ajo, que contiene vitaminas A, B1, B2 y C, y cuyas virtudes antisépticas lo hacen eficaz para prevenir infecciones menores, sobre todo las digestivas y las respiratorias. Sin embargo, no siempre es factible añadir suficientes hierbas a los alimentos (en particular tratándose del ajo, cuyo fuerte aroma no agrada a todos). En tales casos, es posible adquirirlas en forma de capsula.

Existen cuatro métodos principales para preparar las plantas:
Decocción. Es el método más apropiado para extraer los principios activos de las cortezas y raíces. Consiste en poner una cucharadita del producto previamente pulverizado en un cazo de acero inoxidable o de esmalte (no de aluminio), y añadir medio litro de agua hirviendo; luego hay que hervir la mezcla a fuego bajo de 10 a 15 minutos, colarla antes de que se enfríe y tomarla.
Infusión. Se utiliza mucho como bebida y para hacer gargarismos. Es posible usar hierbas frescas o secas, sueltas o en bolsitas. En un recipiente puesto a calentar a fuego bajo, hay que agregar una cucharadita de la hierba y verterle una taza de agua hirviendo. La mezcla debe reposar de 10 a 15 minutos antes de usarse. La tisana se prepara de la misma manera que la infusión, pero no se deja reposar, lo que la hace más suave.
Aunque las decocciones y las infusiones son remedios de preparación doméstica muy socorridos, no conviene tomarlas durante más de una semana; si las molestias persisten, habrá que acudir a un médico.
Tintura. Consiste en disolver los principios activos en alcohol para conservarlos; como el preparado resulta muy concentrado, las dosis se miden en gotas. Hay que poner unos 120 g de la hierba seca (molida o desmenuzada) en una botella, añadirle medio litro de vodka o ginebra y cerrar la botella. La mezcla debe permanecer en un lugar tibio y seco durante dos semanas; mientras tanto, hay que agitarla bien dos veces al día. Luego se filtra y se vierte en una botella oscura para conservarla hasta que esté indicado su uso.
Apósitos. Se aplican sobre lesiones menores, excoriaciones e infecciones de la piel. De ellos existen dos formas:
  • Compresa. Sirve principalmente como cicatrizante. Un pedazo de gasa o algodón humedecido con una decocción o infusión de alguna hierba antiinflamatoria. Hay que aplicarla lo más caliente que sea tolerable sobre la parte afectada y mantener el calor cubriéndola con una bolsa de agua caliente.
  • Emplasto o cataplasma. Sirve como supurativo, cicatrizante y antiinflamatorio. Si se usan hierbas frescas, conviene aplicarlas directamente sobre la piel, cubiertas con un trozo de gasa; en cambio, las hierbas secas deben mezclarse con agua caliente para formar una pasta, que se aplica de igual manera. Hay que cubrir el remedio con una bolsa de agua caliente.

Otros preparados. En farmacias y tiendas de productos naturlales se consiguen remedios de hierbas en otras formas. Las más usuales son:
  • Cremas y ungüentos. Se emplean externamente para sanar heridas y reducir inflamaciones de la piel.
  • Aceites esenciales. Nunca deben ingerirse sin prescripción; tienen propiedades muy diversas, según la planta de que se trate; algunos son desinfectantes (manzanilla, lavanda), mientras que otros se usan para despejar la mente y favorecer la concentración (albahaca, romero).
Maria José de Diego

No hay comentarios:

Publicar un comentario