Escribí este articulo hace unos años, tuve la mala idea de compartirlo en PDF en mi antigua web y ahora circula por muchas otras web. Esta basado en una experiencia muy personal, y en mi propio aprendizaje y experiencia con otras personas. Espero que haya ayudado a muchas personas pues ese era su fin.
¿qué es la ansiedad y el trastorno de pánico?
Como empezó todo.
La primera vez me encontraba en el coche por la mañana, camino del trabajo, estaba metida en el gran atasco de la ciudad, de repente sentí una oleada de miedo sin que hubiera alguna razón. El corazón me latía apresuradamente, me dolía el pecho y no podía respirar.
Un golpe de calor me subía desde las piernas hasta la cara, acompañado de un hormigueo en piernas y brazos. Creía que me iba a morir. Mi primer pensamiento era que me estaba dando un infarto. Después de sufrir esto te quedas con un malestar físico raro, que dura todo el día. Lo peor fue que al día siguiente, volví a sentir lo mismo, pero esta vez estaba muy mareada y más asustada aún. Asocié estos síntomas a que tenía una grave enfermedad.
Después esa misma sintomatología, con escalofríos, mareo y nauseas, empezó en el trabajo, sin venir a cuento, sentada en la mesa del despacho. Necesitaba huir pero no podía irme sin explicar que me pasaba. Me dolía terriblemente la cabeza era evidente que estaba enferma.
El resto de los días, fue a peor por que no podía dormir, ni comer (perdí 14 kilos en dos semanas). Por la mañana a las 5 me despertaba un golpe en el pecho y mucho miedo. No se lo conté a nadie, porque me avergonzaba, y cada mañana tenía el pánico de pensar que me volvería a dar y que si me encontraba en el trabajo, no quería que nadie se diera cuenta y menos explicar lo que me pasaba.
Pero ¿y si me pasaba en otro lugar? Esto hizo que no fuera capaz de ir a ningún lugar, ni al cine, ni a la compra, porque antes de enfrentarme a esas situaciones pensaba que me iba a pasar en esos lugares.
Progresivamente entré en una gran tristeza con periodos de llanto, porque no podía conseguir que eso desapareciera y me envolvió una desgana para hacer cualquier cosa, asearme era un gran esfuerzo, conducir, levantarme por la mañana, salir de casa, estar sola, etc, deje de sonreir y de querer vivir. Ahora tengo una gran tristeza, casi permanentemente, no tengo fuerzas para afrontar el día a día. A veces pienso que me estoy volviendo loca y tengo la sensación de que nada es real, que yo no soy yo”
La primera vez me encontraba en el coche por la mañana, camino del trabajo, estaba metida en el gran atasco de la ciudad, de repente sentí una oleada de miedo sin que hubiera alguna razón. El corazón me latía apresuradamente, me dolía el pecho y no podía respirar.
Un golpe de calor me subía desde las piernas hasta la cara, acompañado de un hormigueo en piernas y brazos. Creía que me iba a morir. Mi primer pensamiento era que me estaba dando un infarto. Después de sufrir esto te quedas con un malestar físico raro, que dura todo el día. Lo peor fue que al día siguiente, volví a sentir lo mismo, pero esta vez estaba muy mareada y más asustada aún. Asocié estos síntomas a que tenía una grave enfermedad.
Después esa misma sintomatología, con escalofríos, mareo y nauseas, empezó en el trabajo, sin venir a cuento, sentada en la mesa del despacho. Necesitaba huir pero no podía irme sin explicar que me pasaba. Me dolía terriblemente la cabeza era evidente que estaba enferma.
El resto de los días, fue a peor por que no podía dormir, ni comer (perdí 14 kilos en dos semanas). Por la mañana a las 5 me despertaba un golpe en el pecho y mucho miedo. No se lo conté a nadie, porque me avergonzaba, y cada mañana tenía el pánico de pensar que me volvería a dar y que si me encontraba en el trabajo, no quería que nadie se diera cuenta y menos explicar lo que me pasaba.
Pero ¿y si me pasaba en otro lugar? Esto hizo que no fuera capaz de ir a ningún lugar, ni al cine, ni a la compra, porque antes de enfrentarme a esas situaciones pensaba que me iba a pasar en esos lugares.
Progresivamente entré en una gran tristeza con periodos de llanto, porque no podía conseguir que eso desapareciera y me envolvió una desgana para hacer cualquier cosa, asearme era un gran esfuerzo, conducir, levantarme por la mañana, salir de casa, estar sola, etc, deje de sonreir y de querer vivir. Ahora tengo una gran tristeza, casi permanentemente, no tengo fuerzas para afrontar el día a día. A veces pienso que me estoy volviendo loca y tengo la sensación de que nada es real, que yo no soy yo”
Estas son las palabras de Maria, así relata ella
como comenzó un suplicio que duro 7 meses. Si te sientes identificado con estos
comentarios, tal vez te interese seguir leyendo y conocer como pudo superar el
trastorno de pánico, utilizando lo que la naturaleza
nos ofrece, una manera global de entender nuestro cuerpo y nuestra mente.
Para empezar a buscar soluciones a esta desagradable sintomatología, acudió
al médico para recibir el diagnostico. Lo que ella padecía era un trastorno de pánico, desde ese momento comenzó
un trabajo personal con el fin de entender lo que le estaba pasando y buscar la
ayuda necesaria para que desapareciera de su vida. Un cambio en su manera de
vida y la ayuda de las Flores de Bach,
fue fundamental para obrar la transformación personal y
la solución a sus problemas de salud.
La ansiedad se presenta muy frecuentemente en el mundo
actual, siendo uno de los problemas de salud mental más comunes hoy en día. Los
trastornos relacionados con la ansiedad han sido agrupados en seis tipos
generales que son con los que actualmente trabajan los profesionales de la
salud, (trastorno de pánico, trastorno
obsesivo- compulsivo, trastorno de estrés postraumático, fobia especifica,
fobia social y trastorno de ansiedad generalizado).
La ansiedad, el miedo y el
pánico, son definidos por el diccionario de la Real Academia de la Lengua como:
- Ansiedad:”Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos”.
- Miedo: “Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”
- Pánico: “Se dice del miedo extremado o del terror producido por la amenaza de un peligro inminente, y que con frecuencia es colectivo y contagioso”.
Estos tres
conceptos son respuestas normales a una amenaza percibida. Lo que diferencia la
ansiedad del miedo es que, la primera es una respuesta a una amenaza poco
clara, mientras que el miedo normalmente
es una respuesta a una amenazada a algo concreto y definido por una
circunstancia, hecho, o cosa que lo provoca.
Tanto la ansiedad como el miedo activan una sintomatología muy desagradable, (solo el que ha padecido alguna vez de
ansiedad o crisis de pánico, sabe lo mal que lo pasa, incluso generando la
sensación de muerte inminente) como puede ser:
- Confusión.
- Aprensión.
- Inquietud.
- Pensamientos negativos.
Todo esto desde un
punto de vista mental, pero también se activan una serie de síntomas físicos
que pueden ir desde una paralización motora y muscular, hasta la aceleración cardíaca.
El
ataque de pánico, es un intenso
estado de miedo, que se produce sin una razón que podamos concretar y que suele
presentar unos síntomas, que cada persona puede describir a su manera, según
los haya percibido, pero que en la mayoría de los casos desencadenan:
1.
Dificultades para
respirar.
2.
Vértigos y sensación
de mareo.
3.
Palpitaciones.
4.
Temblores.
5.
Hormigueos en los
dedos de las extremidades.
6.
Exceso de calor o escalofríos.
7.
Dolor en el pecho.
8.
Sudoración.
9.
Nauseas.
10.Sensación
de irrealidad, etc.
Se llama ataque de pánico cuando se presentan más
de cuatro de estos síntomas, si por el contrario aparecen menos de cuatro se
denominan ataque sintomático limitado.
El primer paso para empezar a superar la ansiedad y las crisis
de pánico, es eliminar las causa médicas
posibles, acudiendo al médico. Recibir un diagnostico correcto es fundamental
para empezar a afrontar y dar solución a esta situación. Y esto debe hacerse
porque existen determinados desordenes físicos cuyos síntomas son idénticos a
los de la ansiedad, como problemas cardiovasculares, diabetes, hipotiroidismo,
etc.
Algunos
medicamentos también pueden tener como efectos no deseados manifestaciones de
ansiedad, como por ejemplo, los tranquilizantes, los antidepresivos,
esteroides, etc. Incluso síntomas de ansiedad se manifiestan al empezar o al
dejar de tomar cierta medicación.
Es importante
identificar médicamente las causas de la ansiedad, pero incluso después de
haber identificado la causa y eliminado el origen medico, en muchos caso la ansiedad se integra en nuestras vidas, como una pauta
de comportamiento mental, que limita nuestra día a día.
Si te han
diagnosticado un trastorno de ansiedad o pánico es importante entender los
mecanismos de acción de nuestro cuerpo físico.
Los
distintos síntomas relacionados con la ansiedad están controlados por el
sistema nervioso. El sistema nervioso está dividido en el sistema nervioso voluntario, compuesto por los nervios que conectan
los músculos que controlan el movimiento y los demás sentidos, envía
información desde los ojos, oídos y el resto de sentidos al cerebro y controla
todas las acciones del ser humano que requieren pensamiento y voluntad ( por
ejemplo levantar una pierna o mover la cabeza), y el sistema nervioso autónomo, que está compuesto por todos los nervios
que conectan con sus órganos y controlan actividades y procesos que no
requieren pensamiento, como por ejemplo la digestión o la respiración.
Este sistema nervioso autónomo
está a su vez dividido en dos, el sistema simpático y el parasimpático. El simpático, es el responsable de
activar el cuerpo rápidamente y prepararlo para luchar o huir ante un peligro
inminente.
Cuando
ese peligro ha cesado el sistema parasimpático
es el responsable de calmar el cuerpo y hacer que este recupere su
funcionamiento normal.
Cuando
se activa la respuesta de huida o lucha el sistema nervioso autónomo, suspende
toda actividad que no considera esencial el cuerpo y aumenta la actividad en
cualquier otro órgano que considera necesaria para luchar o huir de una amenaza
externa. Esto explica porqué, por ejemplo, aumenta el latido cardíaco, con el
fin de bombear más sangre a los músculos para prepararlos para la huida o la
lucha. La respiración se hace mas rápida para aumentar el suministro de oxigeno
a la sangre.
El que aparezcan escalofríos
o se erice el vello, responde a la misión de conservar el calor y proteger al
cuerpo de la amenaza, ya que la constricción de los vasos sanguíneos periféricos
provoca frío. Además se suspende la actividad digestiva, porque hay que aportar
mas sangre a los músculos motores ( por eso en muchos casos en un ataque de pánico hay diarreas y vómitos)
Cuando la respuesta
de lucha o huida se activa, se liberan mayor cantidad de adrenalina y elementos químicos en el torrente sanguíneo. Esto suministra
más fortaleza, vigor y capacidad para responder rápidamente a la amenaza.
En la actualidad las amenazas o peligros que sufrimos no son físicos, por lo que no
requieren esta acción energética del cuerpo. Las amenazas más comunes son
realmente amenazas psicológicas, y éstas no requieren una respuesta física
inmediata. Pero nuestro cuerpo esta diseñado para responder a cualquier
amenaza, interpretando cualquiera de ella, como si requiriera una respuesta física
de huida o lucha inmediato.
Esto explica porqué una
persona que sufre un ataque de pánico, lo que está padeciendo realmente es una respuesta corporal exagerada, que está
activada por la respuesta de lucha o huida.
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Maria Jose de Diego
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